La zona correspondiente a las vértebras lumbares de la
columna vertebral se conoce como espalda baja o cintura. Es un segmento
bastante móvil, como el cuello, a diferencia de la región dorsal que por tener
las costillas se encuentra bastante limitado en su movilidad. También es zona
de grandes exigencias de fuerza, articulando el tronco con los miembros
inferiores y siendo el “quiebre” en la posición de sedestación.
Lumbociatalgia y lumbocruralgia
Causas del dolor de espalda
Si bien existen muchos orígenes del dolor, las principales
causas son traumatológicas y viscerales.
Las traumatológicas son por alteración de las vértebras,
articulaciones o músculos.
Bastante frecuentes son las hernias de disco, donde parte
del material contenido en los discos intervertebrales (que se encuentran entre
una vértebra y otra) se extruye fuera del mismo comprimiendo la médula espinal
o algunas raíces nerviosas y dando como síntomas una lumbociatalgia o
lumbocruralgia. Después de los veinte años los discos comienzan a deshidratarse
favoreciendo su lesión.
También las exigencias posturales contracturan los músculos
y agotan las articulaciones generando dolor.
Viscerales. Algunas afecciones renales o genitales refieren
su dolor allí.
Es bastante común que las mujeres sientan molestias en la
cintura antes y durante su período, por ejemplo. Y como los riñones se
encuentran alojados uno a cada lado de la columna lumbar, su alteración también
genera lumbalgia.
Prevención y alivio del dolor de cintura
Se puede optar entre el frío o el calor. Algunas personas se
sienten rígidas, sobre todo en la mañana, entonces es más recomendable la
aplicación de calor con una almohadilla eléctrica o una bolsita de arena. En
otros casos el síntoma es más parecido a un ardor, entonces se aconseja poner
hielo. Y otras veces, en cambio, sirve intercalar entre el frío y el calor. No
es una ciencia exacta, cada uno debe probar lo que le hace mejor.
Los masajes suaves generan un alivio momentáneo, sobre todo
si el dolor fue provocado por contractura muscular. Sin embargo, es necesario
cambiar los hábitos de vida para evitar la recaída.
Mantener flexible y estirada la columna es de mucha
utilidad. Actividades como el streching, el yoga o cualquier tipo de elongación
sirven para ese propósito.
Cualquier actividad física que el médico no contraindique
mantiene la irrigación de todos los tejidos, conservando la columna joven por
más tiempo. Por ejemplo, el aqua gym, el baile o simples caminatas cada día.
Beber mucha agua al día. Gran porcentaje del disco es agua,
por lo tanto no facilitar su deshidratación.
Evitar las malas posturas y las exigencias con mucho peso.
Por ejemplo, si hay que levantar algo pesado, doblar las piernas manteniendo
derecho el tronco para que toda la tensión se distribuya entre las piernas y la
columna (evitando doblarse hacia adelante con la espalda recta). Y nunca
levantar algo que se pueda empujar.
Evitar permanecer mucho tiempo sentado en una misma
posición. Se puede optar por inclinarse hacia un lado y hacia el otro para
distribuir el peso.
Para eso, existen ejercicios específicos para la columna que
ayudarán a aliviar los síntomas.
Para aliviar el dolor combinar remedios farmacológicos de la
medicina tradicional, y también terapias complementarias como reiki,
reflexología o acupuntura. Cada vez existen más opciones y muchas son realmente
efectivas.
Si no es la primera vez que se sienten molestias en la zona
lumbar, hacer algo al respecto. La edad física de una persona es proporcional
al estado de su columna vertebral. Por eso es importante cuidarla, siempre.
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