Correr en bajada puede ser más fácil, pero lamentablemente
es más peligroso que correr sobre caminos llanos. Entrenar sobre una pendiente
puede desencadenar lesiones de tobillo, rodilla o columna lumbar. Correr mal en
las bajadas crea una sobrecarga del sistema muscular. La consecuencia habitual
es el dolor muscular y micro desgarros
de tejidos musculares. Por eso, la corrida en descenso requiere un mayor
control de la posición del cuerpo
(reducción general del esfuerzo y una cadencia mucho más alta). El
principal error es querer frenar el peso del cuerpo con el talón. El peso recae
principalmente sobre los tendones y por eso aparece el riesgo de lesión. Los
principales afectados son el tendón de Aquiles (talón) y el rotuliano
(rodilla). Las articulaciones y huesos también se ven afectados ya que la
absorción del impacto produce un deterioro en la superficie ósea y los meniscos
sufren un desgaste con este golpe repetitivo. Para prevenir estas lesiones,
tanto tendinosas como articulares, hay varias alternativas y factores a tener
en cuenta: Técnica: Es muy común que los atletas aumenten la velocidad en una
bajada. Pero para no dañar tu cuerpo lo recomendable es que en vez de alargar
el paso o zancada, aumentes la frecuencia de tus pasos y así todo tu cuerpo sentirá
menos impacto. Intenta no frenar con el talón para disminuir el impacto en tus
tobillos y rodillas.
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