martes, 27 de mayo de 2014

Lesión del ligamento cruzado anterior (LCA)


 Es una ruptura o estiramiento excesivos del ligamento cruzado anterior (LCA) en la rodilla. La ruptura puede ser parcial o completa.

Consideraciones

La rodilla está localizada donde la punta del hueso del muslo (fémur) se une con la parte superior de la espinilla (tibia).

Cuatro ligamentos principales conectan estos dos huesos:

Ligamento colateral medial (LCM), que corre a lo largo de la parte interna de la rodilla y evita que ésta se doble hacia afuera.

Ligamento colateral lateral (LCL), que corre a lo largo de la parte externa de la rodilla y evita que ésta se doble hacia adentro.

Ligamento cruzado anterior (LCA), que está en la parte media de la rodilla. Impide que la tibia se deslice hacia afuera frente al fémur.

Ligamento cruzado posterior (LCP), que trabaja junto con el LCA e impide que la tibia se deslice hacia atrás por debajo del fémur.

Las mujeres tienen más probabilidades de sufrir una ruptura del LCA que los hombres.

Causas

Una lesión del LCA puede ocurrir si usted:

Recibe un golpe fuerte al lado de la rodilla, como puede suceder durante una atajada en el fútbol americano.

Extiende excesivamente la articulación de la rodilla.

Hace una parada rápida y cambia de dirección al correr, aterrizando de un salto o volteando.

El básquetbol, el fútbol, son deportes comunes asociados con rupturas del LCA.

Las lesiones LCA usualmente ocurren junto con otras. Por ejemplo, una lesión LCA se da regularmente con rupturas de LCM y del cartílago amortiguador en la rodilla (menisco lateral).

La mayoría de las rupturas LCA se observan en la mitad del ligamento o el ligamento se separa del fémur. Estas lesiones forman un espacio entre los bordes rotos y no sanan por sí mismas.

Síntomas

Síntomas tempranos:

Un sonido "crujiente" al momento de la lesión

Inflamación de la rodilla dentro de las 6 horas posteriores a la lesión

Dolor, especialmente cuando usted trata de poner peso sobre la pierna lesionada

Aquellas personas que tienen sólo una lesión leve pueden notar que la rodilla se siente inestable o parece "aflojarse" cuando se utiliza.

Primeros auxilios

Consulte con su médico si cree que tiene una lesión en el LCA. No practique deportes ni otras actividades hasta que haya visto a un médico y lo hayan tratado.

El médico le puede ordenar una resonancia magnética de la rodilla, la cual puede confirmar el diagnóstico y puede igualmente mostrar otras lesiones de la misma.

Los primeros auxilios para una lesión del LCA pueden incluir:

Elevación de la articulación por encima del nivel del corazón.

Aplicación de hielo en la rodilla

Analgésicos tales como los antiinflamatorios no esteroides (como el ibuprofeno)

Usted puede necesitar:

Muletas para caminar hasta que la hinchazón y el dolor mejoren.

Terapia física para ayudar a mejorar el movimiento de la articulación y la fuerza de la pierna.

Cirugía para reconstruir el LCA.

Algunas personas pueden vivir y desempeñarse normalmente con un LCA roto; sin embargo, la mayoría se queja de que la rodilla es inestable y puede "agotarse" ante la actividad física. Las rupturas del LCA no reparadas pueden llevar a un mayor daño de la rodilla.

No se debe

NO mueva la rodilla si ha sufrido una lesión seria.

Utilice una férula para mantener la rodilla derecha hasta que lo vea un médico.

NO vuelva a jugar ni reanude otras actividades hasta que le hayan realizado un tratamiento.

Cuándo contactar a un profesional médico

Cualquier persona con una lesión seria de rodilla debe buscar atención médica para que le tomen una radiografía y la evalúen.

Si el pie se enfría y se torna azul después de una lesión de rodilla, es posible que ésta esté dislocada y que los vasos sanguíneos que van al pie estén lesionados. Se trata de una emergencia que requiere atención médica inmediata.

martes, 20 de mayo de 2014

ARTROSIS DE CADERA


Osteoartritis, artropatía degenerativa, osteoartrosis y artrosis deformante, entre otros.

Es una de las ubicaciones más frecuentes de la artrosis, y la más frecuente que requiere tratamiento quirúrgico.

La artrosis es un proceso degenerativo que se desarrolla en el cartílago hialino, que disminuye de grosor por pérdida de la capacidad de retener agua. El espacio articular aparece disminuido de altura a la radiografía simple.

Cuando el cartílago cotiloídeo y de la cabeza femoral van disminuyendo de altura, se va produciendo una esclerosis subcondral, que representa una forma de reacciones del hueso ante la falla del cartílago hialino.

A medida que la persona envejece, la frecuencia de la artrosis de cadera va aumentando. Pero no es sólo la edad el factor que hace aparecer la artrosis, también lo hace el uso y algunas patologías locales y generales.
La cadera joven presenta un cartílago liso, transparente, grueso y de color acerado. Con el uso, este cartílago va disminuyendo de espesor, se hace opaco, de menor elasticidad, menos brillante y amarillento. En las superficies de carga se hace menos liso.

Una observación más detenida descubre un cartílago fibrilar, incluso con pequeños desprendimientos de la superficie.

Sobre los 55 años se pueden observar ulceraciones y erosiones que dejan al hueso subcondral sin su cubierta cartilaginosa, sin que medie ninguna alteración patológica conocida, sólo debido al uso (envejecimiento articular).

La cadera recibe carga en compresión a nivel superoexterna del cótilo y de la cabeza femoral. Es aquí donde se observan con mayor frecuencia e intensidad los cambios articulares. Se encuentra a este nivel mayor desgaste del cótilo (zona horizontal), si se compara con la zona vertical en que el desgaste es menos frecuente.

CLASIFICACION

Desde el punto de vista etiopatogénico, la artrosis de cadera se clasifica en primaria y secundaria.
Primaria
La causa de la artrosis primaria es el uso y el envejecimiento articular. Esto es variable según los individuos. Se atribuye al stress fisiológico o carga normal. La artrosis se presenta lentamente con el tiempo en personas mayores de 65 años; pero hay que hacer notar que un número importante de personas, de igual edad, no presentan artrosis o no tienen síntomas propios de ella.
Cuando una cadera se usa en exceso, es probable que la artrosis aparezca más precozmente y con mayor gravedad.

Secundarias
La artrosis, en este caso, se debe a factores locales de la cadera misma o generales, sin enfermedad que afecte a otras articulaciones o al organismo en general.

Factores locales

Luxación congénita de cadera. Una de las causas que observamos con mayor frecuencia, es la secuela de luxación congénita de cadera. Esta enfermedad, ya sea porque no se diagnosticó, porque no se trató, porque fue mal o insuficientemente tratada, deja una luxación o una subluxación de cadera que facilita la génesis de la artrosis.

La situación más frecuente es la subluxación, en que la cabeza femoral está insuficientemente cubierta por el cótilo, por lo que la carga por unidad de superficie está aumentada. Esto lleva a que precozmente se tenga dolor y rápidamente haya una disminución de altura del cartílago articular en la zona de carga. Esto se ve con relativa frecuencia en la cuarta década de la vida y su tratamiento debe también ser precoz, para evitar el daño articular.

La luxación de la cadera produce artrosis cuando la cabeza está apoyada por sobre la ceja cotiloídea o en la superficie del ala iliaca. Si la luxación no es apoyada, puede dar dolor, pero no artrosis.

Alteraciones estáticas de la cadera o rodilla, como coxa valga o vara, genu valgo o varo, son también causa de artrosis, ya que condiciona una distribución anormal de la carga.

Factores traumáticos. Comprometen la superficie articular acetabular o cefálica, llevan en forma muy acelerada a artrosis, de modo que las fracturas o luxofracturas del acetábulo y de la cabeza femoral no sólo son graves en si mismas, sino también por las secuelas que puedan dejar a futuro.

Factores vasculares. Si bien lo más frecuente es que las alteraciones vasculares produzcan necrosis aséptica de la cabeza femoral, un número importante de situaciones en que hay daño vascular (luxaciones, cirugía de fractura del 1/3 superior del fémur) producen a futuro artrosis de cadera. Típica es la Enfermedad de Perthes que es producida por insuficiencia vascular que provoca primero una deformidad de la cabeza femoral y luego una artrosis precoz. Incluso, hay Perthes que pasaron inadvertidas en la infancia y se diagnostican en la tercera o cuarta década de la vida por la aparición de artrosis inicial.

Factores infecciosos. Las artritis pueden dejar secuelas mínimas o muy graves, dependiendo de la magnitud y del tratamiento.

Cuando la lesión ha sido leve, tendremos seguramente la aparición más precoz de artrosis, comparada con una cadera normal.

La infección puede ser inespecífica, habitualmente estafilocócica o específica, habitualmente tuberculosa.

Otros factores locales son la irradiación, embolía, epifisiolisis, osteocondritis traumática o disecante. Son causas mucho más raras.

Factores generales

La causa general más frecuente es la artritis reumatoide, que produce localmente un cuadro prácticamente igual que la artrosis esencial o primaria, con la diferencia que en esta enfermedad, existe compromiso también de otras articulaciones.

Factores metabólicos: se observa en la gota, ocronosis, diabetes, hemofilia y afecciones del tracto intestinal. Sin embargo, estos factores no son causa directa de artrosis, sino más bien predisponente.

Insuficiencia renal o transplantados renales. Estos factores se confunden con el consumo exagerado de esteroides, que producen daño articular en un alto porcentaje.

Factores constitucionales y hereditarios: se ha observado que hay familias que tienen predisposición a la artrosis.

Especial relevancia tiene la artrosis primaria idiopática familiar, en que la artrosis compromete varias articulaciones en forma simultánea y precoz (segunda y tercera década de la vida).

Raquitismo.

Enfermedad de Paget.

Consumo de corticoides en forma exagerada y prolongada. Se observa muy frecuentemente en enfermedades del mesénquima.

Otra clasificación muy usada actualmente es la que se basa en la localización de los fenómenos de artrósicos en la cadera. Se hace observando la placa radiográfica. Se describirá cuando se revise la radiografía de la cadera artrósica.

SINTOMAS  DE LA ARTROSIS DE CADERA

Dolor

El síntoma eje de la artrosis de cadera es el "Dolor", que tiene caracteres comunes a cualquier artrosis y características propias que hay que saber evaluar.

El dolor, en términos generales, es de actividad y desaparece o disminuye con el reposo, pero tiene una variante que es muy característica. El individuo que está sentado y se pone de pie para iniciar la marcha, está rígido, envarado y tiene dificultad para iniciar la marcha por dolor leve. Una vez que haya dado los primeros pasos esta rigidez y el dolor ceden, con lo que el paciente puede caminar casi normalmente. Cuando ya se ha caminado una distancia variable para cada paciente, vuelve a aparecer dolor, que desaparecerá o disminuirá luego con el reposo.

El dolor se ubica más propiamente en la región inguinal, pero también se puede sentir en el 1/3 superior del muslo o irradiado a la rodilla.

Ocasionalmente el dolor se ubica sólo en la rodilla. Hay que tenerlo presente, ya que en estos casos, en el examen clínico la rodilla es absolutamente normal y se descubre limitación de la movilidad de la cadera.

El dolor puede ser provocado o aumentado por los cambios de presión atmosférica, el frío y la humedad.

Movilidad articular

El paciente refiere habitualmente que presenta rigidez al iniciar la marcha, que cede con el movimiento, como si la cadera "entrara en calor", venciendo la contractura muscular.

El paciente también puede referir dificultad para cortarse las uñas de los pies, ponerse medias o calcetines, entrar a la tina o ducha, subirse al autobús, poner una pierna sobre la otra, hacerse aseo genital, tener relaciones sexuales y subir o bajar escaleras, etc. Pero muchas veces, si no hay dolor, el paciente no se da cuenta de la limitación de movimiento, sobre todo si éste es inicial.

Cuando la rigidez es mayor, se produce una secuencia en la limitación de la movilidad; primero se afecta la rotación externa e interna, luego la abducción. La flexión es lo último que se afecta. Casi nunca desaparece.

La alteración de la movilidad lleva a posiciones viciosas de la cadera, las más frecuentes son las actitudes en flexoaducción y en rotación externa. Menos frecuente es observar abducción o rotación interna.

Cuando la actitud es en flexoaducción se produce un acortamiento relativo de la extremidad comprometida, ya que para mantener la posibilidad de marcha, el paciente debe inclinar la pelvis levantándola de ese lado, lo que da el acortamiento relativo. Si se pone la pelvis horizontal (con las crestas iliacas a la misma altura), la extremidad afectada quedará sobre la sana cruzándola.
Cuando en vez de aducción se observa abducción viciosa, se produce un alargamiento aparente de la extremidad, pero esta situación es muy poco frecuente.
Otros síntomas y signos son crujido articular, falta de fuerza, inestabilidad subjetiva y disminución franca de la capacidad de marcha, que se va incrementando a medida que avanza el proceso artrósico.

Claudicación

Esta empieza siendo leve y casi inaparente, hasta hacerse muy ostensible al aumentar el dolor, por la atrofia de la musculatura abductora, especialmente el músculo glúteo medio y el acortamiento aparente y por la mayor rigidez en flexoaducción de la cadera.

Cuando la artrosis es de instalación lenta y poco dolorosa, los pacientes consultan tardíamente, adaptándose a sus limitaciones de inmovilidad, dolor y marcha claudicante. Muchas veces se atribuyen estos dolores a "reumatismos", que ceden con anti-inflamatorios, superando las dificultades físicas con el uso de bastón.

Si bien estos síntomas y signos son muy sugerentes de artrosis de cadera, hay otras causas que los pueden presentar, como la necrosis aséptica de cadera, especialmente si se presenta en edades más tempranas (cuarta, quinta y sexta década de la vida). Por esto es que la radiología es fundamental para confirmar el diagnóstico y proponer el tratamiento.

En la artrosis, la radiografía simple sigue siendo el examen más importante y útil. No es necesario en la casi totalidad de los casos el uso de otros medios radiográficos para el diagnóstico y el tratamiento.

Ocasionalmente, cuando se plantea la posibilidad de realizar una osteotomía del tercio superior del fémur es necesario contar con tomografía axial computada, o resonancia magnética, para ubicar el sitio más afectado de la cadera.

Radiografía simple

El hecho más relevante es el compromiso del cartílago articular, por lo tanto, también del espacio articular. Se produce precozmente adelgazamiento del cartílago, lo que lo hace diferente del espacio articular de la cadera contralateral.

A medida que se avanza en el proceso degenerativo, van apareciendo signos más evidentes de la artrosis, que podemos dividir en tres grupos.

Alteración de la forma
La cabeza se deforma levemente, se alarga, se aplasta ligeramente y sobresale del borde del cótilo, o se puede profundizar en él. Empieza a aparecer osteofitos en los bordes del cótilo y de la cabeza femoral.

Alteraciones de la estructura
Además de lo ya expresado en relación a la disminución de altura del cartílago por fenómenos degenerativos, que se traduce en estrechamiento del espacio articular, se produce esclerosis subcondral, que en la radiografía aparece como una línea nítida más blanca (mayor densidad ósea), en la zona de mayor presión y zonas hipodensas llamadas geodas, tanto en el cótilo como en la cabeza femoral.
Esta alteración estructural produce, a nivel de la cabeza y del cuello, una distorsión de la arquitectura de las trabéculas óseas.
 


 
Figura 1. Artrosis bilateral de cadera.
Secundaria a artritis reumatoídea. Protrusión acetabular.
Alteraciones de la relación entre los componentes de la cadera
En la artrosis primaria se puede producir pérdida de la normal articularidad por protrusión acetabular, o por lateralización y ascenso de la cabeza. Esto se produce por la diferente forma y lugar donde crecen los osteofitos.
En la artrosis secundaria puede haber una pérdida parcial o total de la relación cefalocotiloídea, a lo que se agregan los fenómenos artrósicos ya mencionados. Con frecuencia, se observa esta situación en la artrosis, secundaria a subluxación de cadera, en personas de la cuarta década de la vida.

Alteraciones de la relación entre los componentes de la cadera
En la artrosis primaria se puede producir pérdida de la normal articularidad por protrusión acetabular, o por lateralización y ascenso de la cabeza. Esto se produce por la diferente forma y lugar donde crecen los osteofitos.
En la artrosis secundaria puede haber una pérdida parcial o total de la relación cefalocotiloídea, a lo que se agregan los fenómenos artrósicos ya mencionados. Con frecuencia, se observa esta situación en la artrosis, secundaria a subluxación de cadera, en personas de la cuarta década de la vida.
Una clasificación muy importante, conocida y utilizada en la actualidad, es la que considera la ubicación predominante de los osteofitos y la estrechez del cartílago articular. De acuerdo a estos parámetros, la artrosis de cadera se divide en:
Artrosis superoexterna. Es el grupo más frecuente. Se observa pinzamiento del espacio articular en la parte superoexterna del acetábulo con geodas a ese nivel y osteofitos.
Concéntrica. Se observa una disminución de todo el espacio articular. La cabeza sigue siendo esférica. Hay efurnización en la parte superior, que es la zona de mayor carga.
Interna. Hay pérdida de cartílago y, por lo tanto, disminución del espacio articular en su parte interna, manteniéndose la parte superior del cartílago o, incluso, aumentando el espacio articular a este nivel. Los osteofitos son escasos y la cabeza puede protruirse en el cotilo.
Inferointerna. Es poco frecuente. Se observa desaparición del cartílago a ese nivel.
TRATAMIENTO DE LA ARTROSIS DE CADERA
Médico
En las etapas iniciales de la artrosis, en que predomina el dolor, puede tratarse con medidas conservadoras: antiinflamatorios no esteroidales, calor local, baja de peso, ejercicios adicionados y uso de bastón, entre otras.
Fisiokinésico
Al tratamiento médico se puede agregar tratamiento fisiátrico y kinésico, en términos de calor profundo (ultrasonido) y ejercicios que tiendan a mantener la musculatura y el rango de movilidad lo más normal posible, evitando las posiciones viciosas. No hay que realizar ejercicios violentos que aumenten el dolor.
La deambulación se debe mantener en niveles adecuados a la capacidad física del paciente y al estado de la cadera artrósica. El cansancio y el dolor son dos parámetros que limitan la distancia que el paciente debe caminar.
Tratamiento quirúrgico
Cuando ya se ha sobrepasado la posibilidad médica del tratamiento, que puede ser muy corto o muy prolongado, queda el recurso quirúrgico.
Dependiendo de cada paciente, se utilizan diferentes procedimientos quirúrgicos, en ello influye la edad, el tipo de artrosis, la causa y la gravedad de la artrosis.
RECURSOS TERAPEUTICOS QUIRURGICOS
Osteotomías pelvianas
Las hay de diferentes tipos; todas ellas tienden a conseguir el objetivo de cubrir completamente la cabeza femoral, con lo que se obtendrá una mayor superficie de carga y, por lo tanto, una menor carga por centímetro cuadrado.
Este procedimiento debe ser utilizado en forma precoz, cuando recién se inician los síntomas dolorosos, de una artrosis incipiente (habitualmente en subluxación de cadera), en que el cotilo no cubre totalmente la cabeza femoral. Todavía no hay daño importante del cartílago e, idealmente, no debiera haber pinzamiento del espacio articular.
Las osteotomías más usadas en este momento para obtener el objetivo señalado, son dos:
Osteotomía de Chiari
Se practica una osteotomía sobre el cotilo, y la parte inferior se desplaza medialmente. Con esto se logra que la parte superior de la osteotomía cubra la cabeza, quedando interpuesta la cápsula entre la superficie osteotomizada superior y la cabeza femoral. La cápsula posteriormente se transforma en un fibrocartílago. Es en realidad una verdadera artroplastía.
El requisito fundamental para el éxito de esta cirugía es su realización precoz. Lo habitual es realizarlo en paciente jóvenes, en los cuales la prótesis total no está todavía indicada.
Triple osteotomía
Es en realidad una reorientación del cotilo para cubrir la cabeza femoral, y al igual que el Chiari, transformar la zona de carga oblicua en horizontal, como es en la cadera normal.
Se realiza practicando una osteotomía a nivel supraacetabular, en la rama pubiana y en la rama isquiática, con lo que el cotilo queda libre para ser reorientado, practicando luego una osteosíntesis con alambres de Kirchner o tornillos.
Esta osteotomía tiene la ventaja de dejar la zona de máxima carga con cartílago hialino, pero no aumenta la superficie total del cotilo.
También se realiza en personas jóvenes, e incluso en forma preventiva, para evitar artrosis a futuro, o progreso de la subluxación.
Tectoplastías
Se realiza en pacientes jóvenes, aún más precozmente, con un sentido de prevención de la artrosis, especialmente en la subluxación.
Se coloca en la parte superior y anterior del cotilo un injerto óseo, atornillado, que aumenta la superficie total del cotilo, aumentando la superficie de carga horizontal.
Osteotomías intertrocantéreas
Se realizan desde hace mucho tiempo, iniciándose la era moderna de las osteotomías con Pauwels y Mc Murray.
Las osteotomías que se realizan más frecuentemente son las intertrocantéricas que pueden ser en varo o valgo. Su objetivo inmediato es cambiar la zona de carga de la cabeza femoral, donde existe daño del cartílago articular, y así colocar en la zona de mayor presiónar cartílago sano. Otro objetivo es centrar la cabeza femoral cuando hay incongruencia cefalocotiloídea, susceptible de mejorar.
En la osteotomía valguizante no sólo se puede valguizar, sino también extender el cuello femoral, con lo que se logra la llamada "osteotomía valgo-extensora", que coloca la zona de carga en cartílago sano de la parte interna anterior de la cabeza. Esto se logra resecando una cuña a nivel intertrocantéreo de base externa y posterior.
Esta osteotomía, además, por tracción capsular, provoca crecimiento de los osteofitos superiores, que tienden a cubrir la cabeza femoral después de algunos años de operado. Con ello se aumenta la superficie de carga.
La osteotomía varizante tiene el mismo objetivo que la anterior, es decir, cambia la zona de carga de la cabeza sacándola de su posición ¿normal? Tiene el gran inconveniente que acorta el miembro operado, produciendo o agravando la claudicación.
Existen otras osteotomías, a nivel del cuello femoral, que en nuestro medio prácticamente no se realizan (osteotomía de rotación del cuello femoral).
Artroplastías de cadera
Prótesis total cementada
Es el procedimiento que revolucionó el tratamiento de la artrosis de cadera a fines de la década del 50, pero no es la solución total ni definitiva, como se creyó al comienzo de su aplicación.
Muchos grandes ortopedistas ya lo habían intentado con prótesis de diferente forma y material, Smith, Petersen, Judet, Mc Kee-Farrar, que entre otros, son nombres ilustres, previo a la era de las prótesis modernas. Fue Charnley quién, en 1958, inició la era actual del reemplazo total de cadera, para la artrosis. El tuvo la virtud de hacer una experiencia para evaluar sus casos antes de publicar sus resultados. Diseñó una prótesis cementada. Este cemento tiene dos componentes, uno líquido (monomero) y otro en polvo (polimero), que al juntarse hacen una masa que, al endurecerse, ancla ambos componentes y los fija al cotilo y al fémur respectivamente.
Este cemento es metilmetacrilato, no es adhesivo, sino que al rellenar la cavidad fija los componentes prótesicos.
La prótesis está formada por dos componentes: una parte cotiloídea de polietileno de alto peso molecular de gran resistencia, que vino a solucionar el desgaste rápido de las antiguas prótesis.
La cabeza femoral la diseñó Charnley tiene 22 mm de diámetro y su objetivo era conseguir una prótesis de baja fricción, lo que se logró realmente. El mismo Charnley puso como límite mínimo de edad para la indicación de su prótesis los 65 años. Según él, no se debía colocar en personas menores, por el riesgo de aflojamiento. Este concepto fue corroborado por la experiencia, ya que se vio que cuando se colocaba la prótesis en personas más jóvenes, es usada por ellas en forma indiscriminada y, así, el aflojamiento se produce antes. En este sentido, es mucho más eficiente cuando es usada para realizar una vida normal propia de una persona mayor de 65 años.
La experiencia también ha mostrado que esta prótesis ha tenido muy buen resultado a largo plazo, cuando la indicación y, especialmente, la realización quirúrgica, es perfecta. En este momento es más importante considerar la edad fisiológica que la edad cronológica para decidir qué prótesis usar.
En la actualidad, parece claro que la prótesis cementada está indicada en aquellas personas con artrosis de cadera, dolorosas y que tengan más de 65 años.
Prótesis no cementada
Como existe un número importante de personas de menos de 65 años que presentan artrosis de cadera, especialmente secundaria a una luxación congénita de cadera, necrosis aséptica de cabeza femoral o traumatismo, se ha continuado buscando una solución protésica para ellos. Se han confeccionado prótesis no cementadas, para eliminar el cemento, considerado como una de las causas invocadas en el aflojamiento. Su resultado ha sido muy bueno en el cótilo, ya que la prótesis, sea autorroscante o atornillada, tiene mucho menos aflojamiento que la prótesis cementada, por lo menos en el corto tiempo que lleva en uso.
El componente femoral presenta el inconveniente que un porcentaje alto de pacientes, alrededor del 30%, presenta dolor persistente en el muslo, que cede parcialmente en un plazo de dos años, quedando un porcentaje menor con dolor permanente.
Los pacientes que mantienen su dolor deben ser sometidos a una segunda operación, habitualmente para transformar el componente femoral de no cementado a cementado.
La artroplastía total de cadera no cementada requiere mayor experiencia del cirujano, ya que su técnica es más exacta, porque no tiene el cemento que corrige o "rellena" la insuficiencia de coaptación. Por esta razón, su indicación es mucho más exigente.
Prótesis híbrida
Estudios a largo plazo del grupo del Profesor Charnley, de Inglaterra, demostró que el componente femoral se aflojó muy poco a 19 años plazo. Este hecho, unido a la experiencia que el cótilo no cementado tenía excelente resultado, llevó a múltiples centros de cadera a realizar la artroplastía híbrida, en que la copa cotiloídea se coloca sin cemento y el componente femoral es cementado.
Este procedimiento tiene poco tiempo de seguimiento por lo que, al igual que en la prótesis no cementada, no puede asegurarse su éxito a largo plazo. Su concepción teórica nos hace pensar que los resultados a largo plazo serán mejores que los ya conocidos con los otros tipos de prótesis totales. En ella se han ido reuniendo las mejores cualidades de muchas de las prótesis ya experimentadas.
Artrodesis de cadera
Otro recurso terapéutico que se usó antiguamente es la artrodesis de cadera en paciente jóvenes que presentaban artrosis secundaria a procesos traumáticos (luxofractura de cótilo) o infecciosos, que no permiten otro recurso terapéutico. Si bien deja una cadera fija, ésta es útil especialmente en pacientes que realizan trabajos pesados: agricultor o cargador, por ejemplo.
Resección de cabeza y cuello femoral: operación de Girldestone
Consiste en resecar la cabeza y cuello femoral sin reemplazarla. Prácticamente, no se usa en artrosis, sino en sus secuelas, como procesos infectados artritis específicas (TBC) o inespecíficas (estafilocócicas). Sin embargo, lo más común es que se realice como rescate de prótesis infectada ( al retirar la prótesis, se deja la cadera sin el componente femoral, temporal o definitivamente).
La artrosis de cadera, de acuerdo a lo antes dicho, tiene múltiples tratamientos. Esto revela que no existe un procedimiento ideal, razón por la cual se debe buscar, para cada persona, el tratamiento adecuado, que debe considerar muchos aspectos de la persona con artrosis de caderas como edad, gravedad de la artrosis, actividad física y expectativas del paciente, entre otras.
Todas estas circunstancias, que dicen relación directa con el enfermo, deben ser cuidadosamente evaluadas antes de tomar una determinación quirúrgica.


 
 
 
 
 
 

jueves, 15 de mayo de 2014

Por que me tengo que operar los Juanetes ?


Los Juanetes , no son sólo una alteración estética que produce un bulto en el perfil del pie, sino que se trata de una alteración funcional, esto es de la función y efectividad del pie.

La articulación del primer dedo, con el tiempo se ha ido desviando. Esta desviación provoca problemas a distintos niveles, tanto en la misma articulación, produciendo una artrosis y una disminución del movimiento del dedo gordo, como en el resto del pie, provocando sobrecargas de otras estructuras que nos llevan a callos en la planta del pie, dedos desviados en martillo o en garra, dolor en los tobillos, alteraciones en las rodillas e incluso afectación de la espalda.

Sólo una correcta realineación de la articulación podrá recuperar estas alteraciones y evitar mayores problemas a largo plazo.

Una mala cirugía, suele eliminar exclusivamente el bulto lateral.
 

viernes, 9 de mayo de 2014

¿Cuáles son los riesgos de la cirugía de cadera?


Las artroplastias de cadera han tenido un gran éxito durante más de 30 años. Millones de personas que han sufrido dolor de cadera y artrosis han experimentado alivio y recuperado movilidad gracias a la artroplastia total de cadera. En todo el mundo, se realizan cientos de miles de artroplastias de cadera al año. La tasa de complicaciones después de la artroplastia total de cadera es reducida. Las complicaciones graves, como infección de la articulación de cadera, se producen en aproximadamente el 1,0 % de los pacientes1. Las complicaciones médicas importantes, como infarto de miocardio o ictus, se producen con una frecuencia aún menor. (Naturalmente, las enfermedades crónicas pueden incrementar la posibilidad de que surjan complicaciones.)
 
Todas las intervenciones quirúrgicas tienen riesgos y beneficios. Los resultados individuales dependerán de sus circunstancias personales y la recuperación llevará tiempo. La duración de la prótesis de cadera dependerá de muchos factores y cada persona es única. Solo su médico podrá comentar este aspecto de la intervención con usted.
Durante la intervención y después de ella pueden producirse las siguientes reacciones o complicaciones, que pueden precisar atención médica (como otra intervención) y la retirada del implante:
Luxación del implante y diferencia en la longitud de las piernas
Las complicaciones más frecuentes de la artroplastia de cadera son el aflojamiento o luxación del implante y una ligera diferencia en la longitud de las piernas. El equipo médico que lo atienda podrá comentar estas cuestiones con usted.
Trombos
La formación de trombos en las venas de las piernas es una posible complicación de la artroplastia de cadera. El cirujano preparará un programa de prevención, que puede consistir en la elevación periódica de las piernas, ejercicios de las piernas de rodilla hacia abajo para mejorar la circulación, medias de compresión y medicación anticoagulante.
Infección
La infección es un riesgo presente en cualquier intervención quirúrgica. Según un estudio reciente, aproximadamente el 1,0 % de los pacientes contraen una infección en los dos primeros años1. Si la infección se produce después de la artroplastia total de cadera, se debe normalmente a la entrada de bacterias en la circulación sanguínea durante una intervención dental o por infección en las vías urinarias, la piel o las uñas. Aunque estas complicaciones no sean frecuentes, cuando se producen pueden retrasar la recuperación total.
En los dos primeros años después de la artroplastia de cadera, es posible que el médico le mande tomar antibióticos de forma preventiva antes de intervenciones dentales o quirúrgicas que pudieran permitir la penetración de bacterias en la circulación sanguínea. Como norma, hable con el cirujano ortopédico o con el dentista para saber si sigue necesitando antibióticos de forma preventiva antes de otras intervenciones.
Osteólisis
El hueso contiguo al implante de la cadera puede descomponerse (un proceso denominado osteólisis) debido a la reacción de su organismo a partículas que pueden deberse al:
• Contacto directo de los componentes de plástico y metal.
• Contacto entre los componentes de la cadera y el cemento óseo.
• Contacto entre los componentes de la cadera y las partículas de hueso natural que existen entre las partes móviles de la cadera, lo que puede dar lugar a más partículas o dañar los componentes del implante.
Fractura del implante
Se han descrito casos de fractura del implante después de la artroplastia total de cadera. Normalmente, se produce en:
• Pacientes con expectativas de rendimiento poco realistas.
• Pacientes obesos y/o con sobrepeso.
• Pacientes físicamente activos.
Para minimizar la posibilidad de fractura del implante, es importante seguir las indicaciones médicas y evitar una actividad excesiva o inadecuada.
Otros riesgos
• Es posible que en el futuro sea necesario retirar o sustituir el sistema del implante o sus componentes.
• Aunque de forma aislada, se han descrito casos de reacciones alérgicas al metal de los implantes de cadera. Informe al médico si tiene algún síntoma de alergia.
• La luxación puede deberse a una colocación inadecuada de los componentes del implante.
• Los componentes del implante pueden soltarse o desplazarse debido a una cementación inadecuada o al impacto por caídas o golpes.
• Los trastornos cardiovasculares asociados al uso de cemento óseo incluyen formación de trombos, reducción de la tensión arterial, infarto de miocardio y, en casos aislados, la muerte.
Cuándo no está indicada la artroplastia de cadera
Debido a los riesgos, el médico puede decidir que la artroplastia de cadera no está indicada en su caso si:
• Tiene una infección o antecedentes de infección.
• No tiene hueso suficiente o el hueso no es lo bastante fuerte para soportar una nueva cadera.
• Tiene lesiones nerviosas en la zona de la cadera.
• Tiene músculos dañados o no funcionales en la cadera.
• La cadera es muy inestable.
• Los huesos no están totalmente maduros o desarrollados.
• Presenta una pérdida ósea considerable o una gran pérdida de masa ósea (osteoporosis).
• La articulación de la cadera ya se ha fusionado anteriormente y es estable, funcional e indolora.
• Padece artritis reumatoide y lesiones cutáneas activas/anteriores (debido al mayor riesgo de infección).

martes, 6 de mayo de 2014

Cuidado especial para los tobillos


En general, a esta articulación donde se unen el pie y la pierna no se le brinda un cuidado particular, y no se repara en ésta hasta que ocurre algún torcimiento o fisura.

El cuidado y los riesgos de lesiones son mayores cuando se practican deportes, aun así los golpes y lesiones en los tobillos “no son muy tenidos en cuenta por los practicantes”.

Sin embargo, los especialistas afirman que el estrés sufrido por esta parte de la estructura física, -conformada por tres huesos: peroné, tibia y astrágalo  puede provocar numerosas lesiones ocasionadas por el desgaste.

Por ende, hay que tener “extremo cuidado” con los tobillos, sobre todo en deportes como fútbol, rugby, karate, o baloncesto. Los tobillos se encuentran “muy expuestos” a posibles golpes y lesiones.

Esto así porque al correr en velocidad, las actividades del juego motivan numerosas posibilidades de lesión y desgaste.

En algunos casos, los choques con otros deportistas, y los cambios de dirección y velocidades “pueden provocar el desgaste suficiente” para sufrir lesiones, mientras que en otros casos es por el rebote constante y el uso de calzado inadecuado, “pero siempre existe el riesgo de lesionarse”.

“Muchas veces” el deportista no le otorga el cuidado necesario a los golpes sufridos en la competencia. Por lo que buscar una buena recuperación “es muy recomendable” para no sobrecargar el músculo.

En el caso de los tobillos, el constante desgaste de la articulación por golpes o por realizar esfuerzo de rebote constante puede provocar lesiones como resultado del estrés sufrido en la zona articular.

Esguinces, tirones, torceduras y quebraduras, son las lesiones que más afectan a los deportistas al correr dentro de un deporte específico.

Lo importante, culmina, es que el atleta sepa observar mientras se encuentra practicando los signos del organismo y responder con alguna medida ante situaciones de dolor en los miembros inferiores o signos que parecen menores.

Y si bien los deportistas, normalmente, siguen entrenando o continúan en la carrera aunque sientan dolor en los tobillos, observar y consultar con un especialista es, a fin de cuentas, la mejor idea para contribuir en el bienestar general del organismo.

En anatomía humana, según explica el portal Wikipedia.org, el tobillo es la articulación formada en donde se unen el pie y la pierna.

Está constituido por tres huesos: el peroné, la tibia y el astrágalo. El calcáneo y el escafoides, aunque no forman parte del tobillo, mandan ligamentos importantes a éste. Los ligamentos más importantes, ya que son los que le proporcionan estabilidad a la articulación, son:

- Ligamento deltoideo: une el astrágalo y el calcáneo con la tibia. Está en el lado interno del tobillo.

- Ligamentos laterales: unen el astrágalo y el calcáneo con el peroné. Están en el lado externo.

- Ligamentos de la sindesmosis: son los que mantienen unidos la tibia y el peroné.
 
 

GOLPES QUE PUEDEN SER PERJUDICIALES

Los golpes en los tobillos, son frecuentes en deportes “donde los pies son las estrellas del juego”. En el fútbol , por ejemplo el cuidado de los tobillos es fundamental. Por consiguiente, utilizar vendas elásticas, y protectores apropiados es lo indicado para minimizar el impacto de golpes. En karate, el deportista también debe realizarse un cuidado apropiado y “si nos referimos a deportes de rebote, el vendaje y el calzado apropiado” evitará posibles lesiones.

Los deportes de impacto y rebote, como el baloncesto, deben tener medidas adecuadas para el cuidado de tobillos, además de que los golpes que pueden aparecer en la competencia deben ser observados con atención.

viernes, 2 de mayo de 2014

Pie Diabético


Si tiene diabetes, sus niveles de azúcar en la sangre son demasiado altos. Con el tiempo, esto puede dañar los nervios o los vasos sanguíneos. El daño a los nervios que produce la diabetes puede hacer que pierda la sensación en los pies. Es posible que no sienta una cortadura, una ampolla o una llaga. Las lesiones como éstas en el pie pueden causar úlceras e infecciones. Los casos graves pueden inclusive causar una amputación. El daño en los vasos sanguíneos también puede significar que los pies no reciben suficiente sangre y oxígeno. Es más difícil que su pie pueda curarse si tiene una llaga o una infección.
Usted puede ayudar a evitar los problemas en los pies. Primero, controle los niveles de azúcar en la sangre. También es esencial una buena higiene de los pies.

Revise sus pies todos los días
Lave sus pies todos los días
Mantenga su piel humectada y suave
Lime los callos y callosidades suavemente
Si puede, mire y sienta sus pies con sus manos. Córtese las uñas regularmente. Si no puede hacerlo, pídale a un doctor especialista en pies (podiatra) que lo haga por usted
Vista medias y zapatos en todo momento
Proteja sus pies del frío y del calor
Mantenga la circulación sanguínea en sus pies