miércoles, 27 de agosto de 2014

ARTROSCOPÍA DE TOBILLO

 

¿Qué es la artroscopia de tobillo?
 
La cirugía artroscópica de tobillo es una técnica quirúrgica que permite ver directamente en el interior de la articulación, sin necesidad de abrirla, gracias a una diminuta cámara. Sólo se realizan pequeñas incisiones o cortes en la piel de un centímetro aproximadamente, de ahí que se englobe dentro de las técnicas o cirugías mínimamente invasivas.

¿Por qué necesito un especialista en cirugía artroscópica de tobillo?

En el tobillo no existen tantas posibilidades de actuación quirúrgica como en otras articulaciones. No obstante es importante que un profesional especializado en esta técnica y en esta articulación realice la intervención ya que los resultados son muy satisfactorios. Son menos las patologías y lesiones a tratar pero ofrecen un mejor resultado si lo realiza un buen profesional. Por este motivo, si necesitas operarte, te recomendamos busques un cirujano especializado en artroscopia de tobillo.

 
 

jueves, 21 de agosto de 2014

ARTROSCOPIA DE RODILLA

Es la cirugía que se hace para verificar si hay problemas y que utiliza una pequeña cámara para observar el interior de la rodilla. También se pueden introducir otros instrumentos médicos para reparar la rodilla.

PATOLOGIA DEL PIE


En el pie existen numerosos defectos posicionales tanto congénitos como adquiridos (ver figura). En razón de la sobrecarga o hipercarga asimétrica de las correspondientes porciones osteoarticulares y ligamentarias, condicionada por dichos defectos, se pueden producir molestias (dolor, disconfort, disfunción) y desgastes prematuros de las articulaciones (cambios artrósicos)

 


a. Pie plano
b. Pie valgo
c. Pie equino
d. Pie zambo
e. Pie cavo
f. Pie talo

lunes, 18 de agosto de 2014

COMO EVITAR LESIONES EN LAS BAJADAS (Corredores)


Correr en bajada puede ser más fácil, pero lamentablemente es más peligroso que correr sobre caminos llanos. Entrenar sobre una pendiente puede desencadenar lesiones de tobillo, rodilla o columna lumbar. Correr mal en las bajadas crea una sobrecarga del sistema muscular. La consecuencia habitual es el dolor muscular y  micro desgarros de tejidos musculares. Por eso, la corrida en descenso requiere un mayor control de la posición del cuerpo  (reducción general del esfuerzo y una cadencia mucho más alta). El principal error es querer frenar el peso del cuerpo con el talón. El peso recae principalmente sobre los tendones y por eso aparece el riesgo de lesión. Los principales afectados son el tendón de Aquiles (talón) y el rotuliano (rodilla). Las articulaciones y huesos también se ven afectados ya que la absorción del impacto produce un deterioro en la superficie ósea y los meniscos sufren un desgaste con este golpe repetitivo. Para prevenir estas lesiones, tanto tendinosas como articulares, hay varias alternativas y factores a tener en cuenta: Técnica: Es muy común que los atletas aumenten la velocidad en una bajada. Pero para no dañar tu cuerpo lo recomendable es que en vez de alargar el paso o zancada, aumentes la frecuencia de tus pasos y así todo tu cuerpo sentirá menos impacto. Intenta no frenar con el talón para disminuir el impacto en tus tobillos y rodillas.
 

miércoles, 13 de agosto de 2014

LOS DAÑOS QUE CAUSA EL SOBREPESO A NUESTROS HUESOS, MUSCULOS Y ORGANOS

La mujer obesa de la izquierda tiene grasa alrededor de sus órganos (que se muestra por las áreas amarillas) y un agrandamiento del corazón que puede tener graves consecuencias en su salud
Además de la grasa justo debajo de la piel (la grasa que usted puede pellizcar), estas imágenes revelan la grasa en el interior del cuerpo envuelto alrededor de los órganos.
La buena noticia, dicen los especialistas, es que esta imagen se puede cambiar con dieta y ejercicio.
"La grasa se deposita en todas partes, incluso alrededor de su cabeza y cuello, especialmente en la parte posterior".
"El exceso de grasa aquí podría causar presión en los nervios y puede contribuir a dolores de cabeza y cuello."
Un estudio americano de más de 143.000 personas encontró que dolores de cabeza diarios crónicos son más frecuentes entre los obesos.
La obesidad es uno de los factores de riesgo más común para la apnea del sueño, una condición que ocurre cuando los tejidos de las vías respiratorias superiores se acercan demasiado, bloqueando temporalmente la respiración.

Puede conducir a problemas de memoria, falta de energía, falta de aire, alta presión sanguínea... A largo plazo, puede contribuir al accidente cerebrovascular, hipertensión e incluso la muerte súbita.
La mala postura y la marcha no saludables son más frecuentes en las personas obesas, las articulaciones tienen más predisposición a la osteoartritis, la artritis.
"El exceso de grasa es más preocupante cuando se encuentra alrededor de los órganos, donde se le conoce como grasa visceral. Esto puede ser tóxico y venenoso desde dentro".
Un corazón agrandado es una causa común de insuficiencia cardiaca, cuando no puede suministrar el flujo de sangre suficiente para satisfacer las necesidades del cuerpo. El borde amarillo de la grasa alrededor del corazón, llamada grasa pericárdica, también está relacionada con el endurecimiento de las arterias.
La obesidad es la principal causa de la osteoartritis en las articulaciones de rodillas y tobillos, y una persona obesa tiene 14 veces más probabilidades de desarrollar artritis de rodilla.
La investigación sugiere que la grasa visceral afecta el estado de ánimo al aumentar la producción de la hormona del estrés cortisol y reduciendo los niveles de endorfinas.
El exceso de peso también ejercerá presión sobre el suelo pélvico y puede causar incontinencia y hemorroides

lunes, 11 de agosto de 2014

RODILLA DE SALTADOR


La rodilla de saltador, también conocida como tendinitis rotuliana o tendinopatía rotuliana, es una inflamación o lesión del tendón rotuliano, un tejido similar a una cuerda que une la rótula a la tibia. La rodilla de saltador es una lesión por sobrecarga (movimientos repetidos que causan irritación o daño en los tejidos en determinada zona del cuerpo).

Saltar, caer y cambiar de dirección de manera constante pueden provocar torceduras, desgarros y daño en el tendón rotuliano. Por lo tanto, las personas que regularmente practican deportes que implican saltar mucho todo el tiempo, como el atletismo (en particular, salto en alto), el baloncesto, el vóleibol, la gimnasia, el jogging y el fútbol, pueden ejercer mucha presión en las rodillas.

La rodilla de saltador puede parecer una lesión menor. Por este motivo, muchos atletas siguen entrenando y compitiendo, y suelen ignorar la lesión o intentan tratarla por su cuenta. Sin embargo, es importante saber que la rodilla de saltador es una afección seria que puede empeorar con el tiempo y, a la larga, requerir cirugía. La atención y el tratamiento médico tempranos pueden ayudar a prevenir el daño continuo en la rodilla.

¿Cómo funciona la rodilla?

Para comprender cómo se produce la rodilla de saltador, debemos saber cómo funciona la rodilla. Es la articulación más grande del cuerpo y le da estabilidad a la pierna, y permite flexionarla, girarla y enderezarla. Hay varias partes del cuerpo que interactúan para permitir que la rodilla funcione de manera adecuada:

-Los huesos como el fémur (hueso del muslo), la tibia y la rótula le dan a la rodilla la fuerza necesaria para soportar el peso del cuerpo. Los huesos que se encuentran en la rodilla permiten flexionarla suavemente.

-Los músculos les dan a los huesos la fuerza necesaria para flexionar, enderezar y sostener las articulaciones. Los músculos que están alrededor de la rodilla incluyen el cuádriceps (en la parte frontal del muslo) y los músculos isquiotibiales (en la parte posterior del muslo). El cuádriceps ayuda a enderezar y extender la pierna, y los músculos isquiotibiales ayudan a flexionar la rodilla.

-Los tendones son fuertes bandas de tejido que conectan los músculos a los huesos. Los tendones de la parte frontal de la rodilla son el tendón del cuádriceps y el tendón rotuliano. El primero se conecta a la parte superior de la rótula y permite extender la pierna. El segundo se conecta a la parte inferior de la rótula y se une a la parte superior de la tibia.

-Los ligamentos, que son similares a los tendones, son fuertes bandas de tejido que conectan los huesos con otros huesos.

Al trabajar en conjunto, los huesos, los músculos, los tendones y los ligamentos permiten que la rodilla se mueva, se flexione, se enderece, proporcione la fuerza necesaria para saltar y estabilice la pierna al caer.

Acerca de la rodilla de saltador

Cuando se extiende la rodilla, el cuádriceps tira del tendón del cuádriceps, que a su vez tira de la rótula. Luego, la rótula tira del tendón rotuliano y la tibia, y permite que la rodilla se extienda. Al flexionar la rodilla, en cambio, los músculos isquiotibiales tiran de la tibia desde atrás y esto hace que la rodilla se flexione.


En la rodilla de saltador, el tendón rotuliano está dañado. Dado que este tendón es fundamental para enderezar la rodilla, si está dañado, la rótula pierde el soporte o el sostén. Esto causa dolor y debilidad en la rodilla, y dificulta la extensión la pierna.
 

Síntomas

Algunos de los síntomas frecuentes de la rodilla de saltador son los siguientes:

-dolor directamente sobre el tendón rotuliano (o, más específicamente, debajo de la rótula)

-rigidez en la rodilla, en particular al saltar, arrodillarse, agacharse, sentarse o subir las escaleras

-dolor al flexionar la rodilla

-dolor en el cuádriceps

-debilidad en la pierna o la pantorrilla

Algunos de los síntomas menos frecuentes son los siguientes:

-problemas de equilibrio

-aumento de la temperatura, sensibilidad excesiva o hinchazón alrededor de la parte inferior de la rodilla

Tratamiento

La rodilla de saltador primero se evalúa mediante un sistema de calificación que mide el grado de la lesión (las calificaciones van del 1 al 5 donde 1 significa dolor solo después de realizar una actividad intensa y 5 significa dolor constante todos los días e imposibilidad para realizar actividades deportivas).

Al examinar la rodilla, el médico o profesional médico solicita al paciente que corra, salte, se arrodille o se agache para determinar el nivel de dolor. Además, es posible que recomiende una radiografía o una resonancia magnética (IRM). Según el grado de la lesión, el tratamiento puede consistir solo en reposo y bolsas de hielo, pero algunos casos requieren cirugía.


Para la rodilla de saltador leve a moderada, el tratamiento incluye:
 
-interrupción de las actividades o adaptación a un régimen de entrenamiento que reduzca en gran medida los saltos o los impactos

-aplicación de hielo en la rodilla para aliviar el dolor y la inflamación

-uso de una banda o sostén para rodilla (que se denomina banda infrarrotuliana o banda Chopat) para ayudar a dar sostén a la rodilla y rótula. La banda se usa por encima del tendón rotuliano, justo debajo de la rótula. La banda de rodilla puede ayudar a minimizar el dolor y a aliviar la presión en el tendón rotuliano.

-elevación de la rodilla cuando el paciente sienta dolor (por ejemplo, colocando una almohada debajo de la pierna)

-medicamentos antiinflamatorios, como ibuprofeno, para minimizar el dolor y la hinchazón

-masoterapia

-ejercicios de mínimo impacto para ayudar a fortalecer la rodilla

-programas de rehabilitación que incluyan fortalecimiento muscular, centrados en los grupos musculares que soportan el peso, como el cuádriceps y los músculos de la pantorrilla

-inyecciones especializadas para insensibilizar las terminaciones nerviosas y reducir la inflamación

En raras ocasiones, por ejemplo, cuando hay dolor persistente o el tendón rotuliano está gravemente dañado, la rodilla de saltador requiere cirugía. La cirugía incluye la extracción de la parte dañada del tendón rotuliano, la extracción del tejido inflamatorio de la zona inferior (o polo inferior) de la rótula o la realización de pequeños cortes en los costados del tendón rotuliano para aliviar la presión de la zona media.

Después de la cirugía, se debe seguir un programa de rehabilitación que incluye ejercicios de fortalecimiento y masajes por un período de varios meses a un año.

Recuperación

La recuperación de la rodilla de saltador puede llevar de unas semanas a varios meses. Lo ideal es no hacer deportes o actividades que puedan agravar la rodilla y empeorar las afecciones.

Sin embargo, la recuperación no implica que el paciente no pueda realizar ningún deporte ni ninguna actividad. Según el grado de la lesión, se pueden practicar deportes o actividades de bajo impacto (por ejemplo, nadar en lugar de correr). Su médico le informará qué deportes y actividades no están permitidos durante el proceso de curación.

Prevención de la rodilla de saltador

El factor más importante para prevenir la rodilla de saltador es la elongación de los músculos. Un buen régimen de precalentamiento que incluya la elongación del cuádriceps, los músculos isquiotibiales y los de la pantorrilla puede ayudar a prevenir la rodilla de saltador. También es conveniente elongar los músculos después de los ejercicios.

viernes, 8 de agosto de 2014

LESIONES EN GOLF

El golf se ve como algo fácil de jugar, pegarle a un objeto estático con un palo hacia un relativamente ancho espacio abierto. Para ser un buen golfista, se recomienda empezar  a jugar joven y practicar mucho. Históricamente al golf se le percibe como un deporte de bajo riesgo en relación a lesionarse. Sin embargo, muchos golfistas jóvenes sobre todo los que no tienen buena técnica, son propensos a lesiones agudas o por sobre uso.


¿Qué tipo de lesiones son mas frecuentes en el Golf?
Las lesiones agudas usualmente resultan de un episodio único traumático como pegarle al suelo o a una raíz. Las lesiones por sobre uso son mas vagas y ocurren con el paso del tiempo. Estas lesiones más frecuentemente derivan del estrés que el golfista pone sobre la espalda y los hombros durante el swing. Las tres aéreas mas frecuentemente afectadas del cuerpo son la espalda, hombros y codo. Deben tratarse con reposo, un adecuado programa de estiramiento y calentamiento y un buen consejo del profesional del Club.
¿Cuáles son las causas mas comunes de lesiones?
Aproximadamente 44 % de todas las lesiones reportadas en Golf en los jóvenes son por sobre uso. La principal causa de estas lesiones incluye:
Falta de flexibilidad
Mala condición física
Jugar o practicar excesivamente
Mala mecánica del Swing
Fuerzas de impacto del suelo
Jugar intermitentemente
La mala flexibilidad es un factor clave de riesgo en estas lesiones. Una encuesta mostro que mas del 80% de los golfistas calientan menos de 10 minutos antes de empezar a jugar. Aquellos que calentaron  tuvieron menos de la mitad de incidencia de lesiones en relación a los que no calentaron. El Swing en golf se divide en 4 fases: swing hacia atrás, swing hacia abajo, aceleración/golpeo de la pelota y fase final del swing. Cualquier limitación en los arcos de movilidad comprometerá la habilidad del golfista para lograr un adecuado arco de movimiento  del Swing incrementando por lo tanto el estrés de las articulaciones y músculos participantes.
La segunda razón  para que se presenten estas lesiones es la naturaleza repetitiva de este deporte. El swing involucra movimientos repetitivos a alta velocidad del cuello, hombros, columna, codo, muñeca, caderas, rodillas y tobillos. El porcentaje de lesiones se relaciona  directamente con el número de vueltas el número de bolas que se golpean  en la práctica cada semana.
Prevención de lesiones
Para evitar lesiones a cualquier edad, es importante desarrollar una técnica adecuada y consistente para el Swing, el golfista con una técnica de swing mala tendrá mayor riesgo de lesión por el estrés  al que se somete a la espalda, hombros y codos. Cualquier golfista debe hacer una rutina de ejercicios de estiramiento/flexibilidad antes de empezar una vuelta. Junto con estos ejercicios, debe siempre tirar algunas bolas antes de jugar, empezar con el “Wedge” y llegar gradualmente al Drive. Nunca hay que agarra el Drive y empezar a jugar.

miércoles, 6 de agosto de 2014

¿Qué es una tendinitis de Aquiles y quién la desarrolla?


El tendón de Aquiles se encuentra en la parte posterior del pie, justo encima del talón. Conecta el talón con los dos músculos de la pantorrilla y ayuda a nuestros pies a avanzar hacia delante cada vez que damos un paso.

Si el tendón se hincha o se irrita debido a su uso excesivo, se puede desarrollar una afección dolorosa denominada tendinitis de Aquiles. Si se deja sin tratar, puede convertirse en una afección crónica que acaba imposibilitando la marcha.

La tendinitis de Aquiles es una lesión muy frecuente entre los corredores. Pero también puede darse en jugadores de baloncesto, bailarines y personas que someten a sus pies a tensiones fuertes y repetidas. Puede ser muy dolorosa.
¿Cuáles son los síntomas de una tendinitis de Aquiles?
La mayoría de los casos de tendinitis de Aquiles empiezan lentamente, con muy poco dolor, y luego van empeorando con el paso del tiempo. Entre los síntomas más frecuentes, se incluyen los siguientes:
a.      Molestia o dolor leve por encima del talón y la parte inferior de la pierna, sobre todo después de correr o de hacer otro tipo de actividad física
b.      El dolor empeora al ir cuesta arriba, subir escaleras o participar en ejercicios intensos o prolongados
c.       Rigidez y sensibilidad inusual al tacto o presión, sobre todo por la mañana, que van despareciendo a lo largo del día de forma gradual
d.      Hinchazón o nódulos duros de tejido en el tendón de Aquiles
e.       Sonido similar al crujido o chasquido al mover el tobillo o al apretar el tendón de Aquiles
f.       Debilidad en la pierna afectada
¿Cómo se diagnostica una tendinitis de Aquiles?
Si sospechas que podrías tener una tendinitis de Aquiles, ve al médico para que no empeore. El médico te formulará preguntas sobre las actividades que has estado practicando y te explorará la pierna, el pie y el tobillo, así como sus rangos de movimientos.
Si el dolor es muy intenso, el médico te explorará detenidamente para asegurarse de que no te hayas roto el tendón de Aquiles. Para comprobarlo, te pedirá que te acuestes boca abajo y dobles la rodilla mientras te presiona los músculos de la pantorrilla para ver si se flexiona el pie. La más ligera flexión del pie indica que el tendón no está completamente roto.
El médico también te podría solicitar radiografías o resonancias magnéticas (RM) del pie y la pierna para comprobar posibles fracturas, desgarros parciales del tendón o signos de afecciones que podrían empeorar con el tiempo.
Qué puede ocasionar una tendinitis de Aquiles?
La tendinitis de Aquiles es una lesión deportiva bastante frecuente provocada por la sobrecarga repetida o intensa de ese tendón. Pero las personas que no practican deporte también la pueden desarrollar si someten a sus pies a tensiones excesivas.
Entre los factores que contribuyen a la tendinitis de Aquiles, se incluyen los siguientes:
Incremento del nivel de actividad: El hecho de iniciar un programa de entrenamiento tras un período de inactividad o de añadir kilómetros (millas) o bien colinas al circuito que se recorre son dos ejemplos de actividades que aumentan el riesgo de desarrollar tendinitis de Aquiles.
Deportes que requieren movimientos bruscos y frenazos súbitos; como el tenis y el baloncesto.
Cambio de calzado o el hecho de llevar calzado deportivo viejo o que no sea de la talla adecuada: Un calzado recién estrenado, desgastado por el uso o de una talla incorrecta puede hacer que los pies de la persona intenten compensar los problemas asociados y sometan al tendón de Aquiles a tensiones excesivas. Asimismo, el hecho de llevar zapatos de tacón alto constantemente puede hacer que el tendón y los músculos de la pantorrilla se acorten, y el cambio subsiguiente a zapatos planos y ejercicio puede someter al talón a tensiones excesivas.
Correr montañas cuesta arriba: El hecho de correr cuesta arriba obliga al tendón de Aquiles a estirarse más de lo normal.
Debilidad en los músculos de la pantorrilla o pronación excesiva (los pies giran hacia el interior al correr): La pronación excesiva hace que la parte inferior de la pierna rote hacia el interior y ejerza una tensión rotatoria sobre el tendón.
Hacer ejercicio sin sesiones de precalentamiento previas: Unos músculos de las pantorrillas agarrotados o que carecen de la flexibilidad necesaria reducen la movilidad del atleta, lo que ejerce una sobrecarga adicional sobre el tendón.
Correr o hacer ejercicio sobre una superficie dura o irregular.
Una lesión traumática en el tendón de Aquiles.
¿Cómo puedes prevenir la tendinitis de Aquiles?
Adopta los siguientes pasos para reducir el riesgo de desarrollar una tendinitis de Aquiles:
Conserva una buena forma física durante todo el año e intenta mantener los músculos lo más fuerte posible: Unos músculos de las piernas fuertes y flexibles rinden más y someten a los tendones a menos tensiones.
Incrementa la intensidad y duración de las sesiones de entrenamiento de forma gradual: Esto es especialmente importante si has estado inactivo durante un tiempo o cuando empiezas a practicar un deporte completamente nuevo.
Haz siempre sesiones de precalentamiento antes de correr, entrenar o practicar deporte: Si tus músculos están tensos o agarrotados, los tendones de Aquiles tendrán que trabajar con mayor intensidad para compensar esa falta de flexibilidad.
Utiliza un calzado que sea de tu talla y que esté diseñado para el deporte que practicas:  Si te gusta correr, dirígete a un establecimiento especializado en este deporte y pide a un profesional con experiencia que te ayude a elegir un calzado adecuado para tu tipo de pie y que te proporciona suficiente apoyo. Cambia de calzado antes de que este esté demasiado gastado por el uso.
Intenta correr sobre superficies blandas, como el pasto, caminos de tierra o pistas de fibra sintética: Las superficies duras, como el cemento o el asfalto, someten a las articulaciones a presiones excesivas. Evita también al máximo correr cuesta arriba o cuesta abajo por colinas o montañas.
Modifica la rutina de ejercicios: Trabaja distintos grupos musculares para mantenerte en una buena forma física general y evita sobrecargar por uso excesivo determinados músculos en concreto.
Si percibes algún síntoma de tendinitis de Aquiles, deja de correr o de hacer actividades físicas que someten a tus pies a tensiones excesivas: Espera a que se te vaya el dolor o a que el médico te dé el visto bueno para volver a hacer deporte.
¿Cómo se debe tratar una tendinitis de Aquiles?
La mayoría de los casos de tendinitis de Aquiles pueden tratarse en casa. He aquí lo que debes hacer:
Deja de practicar la actividad que te ha provocado la lesión: Evita someter a tensiones excesivas a tus piernas y pies, y dale tiempo a tu tendón de Aquiles para que se recupere completamente.
Utiliza la siguiente fórmula en cuatro pasos: Descanso, hielo, Compresión y Elevación. Para recordarla, ayuda utilizar la regla mnemotécnica de las iniciales: "lo que DICE el sentido común":
Descanso: deja de hacer ejercicio durante varios días o prueba una actividad que no someta los pies a tensiones, como la natación. Si es necesario, el médico te recomendará utilizar muletas o una bota ortopédica a fin de descargar el peso del pie afectado.
Hielo: aplica cubitos de hielo envueltos en un paño o una compresa fría sobre el tendón durante 15 minutos seguidos o más después de hacer ejercicio o si te duele el tendón.
Compresión: utiliza una cinta o vendaje elástico para aliviar la hinchazón y proporcionar sostén e inmovilizar el tendón.
Elevación: acuéstate y eleva el pie, colocándolo sobre almohadones, hasta que esté por encima del nivel del corazón y, si es posible, intenta dormir manteniendo el pie en alto. Esto contribuirá a reducir al máximo la hinchazón.
Toma medicamentos antiinflamatorios. Los analgésicos, como el ibuprofeno, pueden ayudar a aliviar el dolor y a reducir la hinchazón del área afectada.
Estira y ejercita los músculos de tobillos y pantorrillas mientras te recuperas: El hecho de mantener los músculos, tendones y ligamentos de piernas y pies fuertes y flexibles te ayudará en el proceso de recuperación y contribuirá a impedir futuras lesiones del tendón de Aquiles. Un médico o fisioterapeuta puede ayudarte a diseñar un buen programa de ejercicios.
Prueba de ponerte un par de plantillas ortopédicas (de venta con receta médica) en el calzado si tu médico lo considera conveniente. A veces las plantillas ortopédicas ayudan mucho. Habla con tu médico o alguien que tenga experiencia en ortopedia para saber si podrían irte bien a ti.
Las operaciones del tendón de Aquiles son muy poco frecuentes. Por lo general, solo son necesarias cuando el tendón se rompe completamente y cómo último recurso, cuando han fallado otros métodos de tratamiento. La mayoría de casos de tendinitis de Aquiles mejoran por si solos con reposo y tratamientos sencillos.

lunes, 4 de agosto de 2014

OSTEOARTRITIS


La osteoartritis es la forma más común de artritis. Causa dolor, inflamación y disminución de los movimientos en las articulaciones. Puede ocurrir en cualquier articulación pero, generalmente, suele afectar las manos, las rodillas, las caderas o la columna.

La osteoartritis degrada el cartílago de las articulaciones. El cartílago es el tejido resbaloso que cubre los extremos de los huesos en una articulación. El cartílago sano absorbe los impactos de los movimientos pero cuando se desgasta, los huesos se friccionan entre sí. Con el transcurso del tiempo, esta fricción puede dañar la articulación permanentemente.
 

Entre los factores que pueden causar osteoartritis se incluyen:

Sobrepeso

Envejecimiento

Lesiones en una articulación

No hay un único examen para diagnosticar la osteoartritis. La mayoría de los doctores usan varios métodos, como la historia médica, exámenes físicos o de laboratorio o rayos X.
 
 

Los tratamientos incluyen ejercicio, medicamentos y, a veces, cirugía.

viernes, 1 de agosto de 2014

Síndrome del túnel carpiano

Está trabajando en su escritorio, intentando ignorar el hormigueo o el entumecimiento que ha sentido por algún tiempo en la mano y la muñeca. De repente, un dolor agudo y punzante se dispara desde la muñeca hasta el brazo. ¿Será solamente un calambre? Lo más probable es que usted tenga síndrome del túnel carpiano.
El túnel carpiano es un paso estrecho de ligamentos y huesos en la base de la mano que contiene nervios y tendones. Algunas veces, el engrosamiento de los tendones irritados u otras estructuras hinchadas estrechan el túnel y causan compresión de los nervios. Los síntomas suelen comenzar gradualmente. A medida que empeoran, sostener objetos puede tornarse difícil.


¿Cuál es la causa del problema? Algunas personas tienen túneles carpianos más pequeños que otras. Otras causas incluyen el trabajo en líneas de ensamblaje, las lesiones en la muñeca o la hinchazón debido a determinadas enfermedades, tales como la artritis reumatoide. Las mujeres son tres veces más propensas a tener síndrome del túnel carpiano que los hombres.
La detección y tratamiento tempranos son importantes para prevenir daño permanente a los nervios. La manera de diagnosticarlo es a través de un examen físico y exámenes específicos de los nervios. El tratamiento incluye reposo de las manos, uso de férulas, medicinas para el dolor y la inflamación y, a veces, cirugía.