lunes, 10 de noviembre de 2014

PLANTILLAS TERAPEUTICAS


Las plantillas terapéuticas se caracterizan porque su finalidad es la de corregir y dar solución a los problemas de los pies. Además de las talalgias y metatarsalgias, los problemas más importantes se describen a continuación:

Alineamiento del pie:

El pie plano destaca porque el arco del pie se encuentra anormalmente bajo. En ocasiones, el pie plano va acompañado de una excesiva rotación del pie con respecto al tobillo que hace que este se incline hacia adentro (pie plano valgo) lo que, a largo plazo y asociado a otros factores de riesgo como permanecer durante muchas horas de pie, puede provocar otro problema añadido, la fascitis plantar. Por eso, en las personas con el pie plano, las plantillas se colocan para elevar el arco y corregir el alineamiento del pie respecto al tobillo. Las plantillas se diseñan con mayor espesor en la parte interna del pie y menor espesor en la externa, a fin de corregir la excesiva inclinación (pronación).

El pie cavo se caracteriza por lo opuesto: el arco del pie es muy alto y, en general, va acompañado de una excesiva rotación del pie con respecto al tobillo que hace que el pie se incline hacia afuera (pie cavo varo). De ahí que las plantillas se diseñen al revés que en el pie plano, elevando la zona externa del pie, en lugar de la interna, para alinear el tobillo, y que se ajuste la anatomía de la plantilla a la altura del arco para que la pisada sea normal. De esta forma, se consigue que el arco tenga un soporte para el peso y que descanse sobre este.

La utilización de estas plantillas no corrige la anatomía del pie plano ni del pie cavo, pero sí evita los problemas derivados de estas formas del pie. Así, el pie plano se apoya más sobre la parte interna y el dedo gordo, donde se forman los juanetes (Hallux valgus), por lo que este tipo de pie tiende a acentuar los juanetes y las durezas en su parte interna. En cambio, en el pie cavo las durezas aparecen en la parte externa y el dedo pequeño del pie.

Respecto a los problemas de alineamiento del pie, se debe tener especial cuidado con los niños, un grupo especialmente sensible. Hay que tener en cuenta que los niños nacen con abundante tejido blando en los pies y con los pies planos. A medida que crecen, el tejido graso se va perdiendo y se forma el arco. A partir de los tres o cuatro años pueden empezar a manifestarse los problemas de los pies, pero no es hasta los cinco o siete años cuando se puede obtener un diagnóstico claro. Una vez que se sospecha que un niño tiene un problema en los pies, es aconsejable que el podólogo le haga una revisión por año, sobre todo en los primeros años, cuando el pie crece más deprisa (a partir de los catorce o quince se ralentiza el crecimiento), puesto que si la plantilla se les queda pequeña, quedaría mal colocada para la forma anatómica del pie que tiene que compensar.

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